Uno de los músicos más influyentes del jazz de todos los tiempos es, sin dudas, el trompetista y cantante estadounidense Chet Baker. Su vida es una película dramática de principio a fin. Un artista con todas las letras que encontró en la música el refugio que lo mantenía alejado, por unos momentos, de los demonios que lo persiguieron durante toda su vida, y, que al final, terminaron con ella. Aquí ofrecemos una biografía resumida de uno de los más grandes íconos del jazz internacional.
Chet Baker, una juventud difícil
Hijo de un padre alcohólico, quien fuera un guitarrista profesional, y una madre que sólo vivía para él, también músico, ya que ella tocaba el piano, aunque trabajaba en una perfumería, se crió Chesney Henry Baker, Jr., luego Chet Baker, nacido en Yale, Oklahoma, en Estados Unidos, encontró la salida de un hogar que poco se parecía a la concepción de familia “normal” al alistarse al ejército con sólo 16 años recién cumplidos. Allí su pasión por la música cobró un impulso que no paró hasta su muerte. Su incursión en las bandas del ejército lo llevaron a elegir la trompeta como su instrumento y a iniciarse en los estudios de armonía y teoría musical. Al dejar el ejército, la música se convirtió en su profesión.
La carrera vertiginosa de Chet Baker
El ideal de los jóvenes norteamericanos de post segunda guerra mundial era vivir como si no hubiera un mañana, lo que era amplificado por iconos culturales del cine y la música. En estos tiempos turbulentos, Chet Baker se sentía más que a gusto, puesto que el vivió toda su vida de esa forma. De físico atlético, apuesto y rebelde por naturaleza, cautivó a un público que era renuente a ver a una estrella del jazz que no fuera de ascendencia afroamericana. El propio Charlie Parker lo tuvo en su banda por un tiempo, al reconocer su gran aporte artístico.
En sus comienzos Chet Baker actuó con Vido Musso y Stan Getz antes de ser elegido por Charlie Parker para una gira por la Costa Oeste. En 1952, Baker se unió al Cuarteto de Gerry Mulligan. En lugar de tocar líneas melódicas idénticas al unísono como Parker y Dizzy Gillespie, Baker y Mulligan se complementaron entre sí. El estándar de jazz My Funny Valentine, se convirtió en un éxito, tanto que sería la marca registrada del trompetista para toda su carrera. Con el Cuarteto, Baker actuó regularmente en clubes de jazz de Los Ángeles, sentando las bases, sin quererlo, de un nuevo estilo dentro del jazz: el cool jazz.
El cuarteto de Chet Baker grabó exitosos discos de jazz entre 1953 y 1956. Tal fue su popularidad en la región que las revistas especializadas Metronome y Down Beat lo tuvieron a la cabeza de sus encuestas sonr el mejor músico de jazz de la ápoca, superando incluso a músicos de la talla de Miles Davis y Clifford Brown. En 1954, los lectores nombraron a Baker como el mejor vocalista de jazz. En 1956, Pacific Jazz Records lanzó Chet Baker Sings, un álbum que aumentó su visibilidad y atrajo críticas, desde allí, no paró de cantar en toda su vida. Por supuesto, al estar muy cerca de Hollywood, y ser un muchacho blanco y carismático, su debut en el cine no se hizo esperar. Su papel como como actor fue en la película Hell’s Horizon, estrenada en el otoño de 1955. Sin embargo, rechazó un contrato de estudio, para vivir como músico.
Reaprender a tocar la trompeta
Chet Baker era adicto a la heroína, entre otras drogas, y en una pelea perdió todos sus dientes, motivo por el cual tuvo que aprender a tocar la trompeta nuevamente, esta vez con una dentadura postiza. Su talento y determinación lograron que, aunque su estilo se viera un poco afectado, su grandeza como artista convirtiera este hecho en un nuevo y atractivo sonido.
La caída del gran Chet Baker
Todo lo que este genial trompetista quería hacer era tocar y drogarse, sus adicciones no permitieron que ninguna de sus matrimonios sea exitoso. Sus innumerables problemas hicieron que Baker dejara Estados Unidos y se refugiara en Europa, donde su popularidad estaba toda vigente. Sus conciertos atraían a mucho público, aunque su vida privada siguió en decadencia, como siempre.
Se melancolía, expresada en su música, era natural, tanto es así, que en una entrevista dejó entrever su angustia con la frase: “Tengo 57 años y no hubiera querido llegar a ellos de esta forma, pero ya no hay otra.” Una año después, el día 13 de mayo de 1988, la muerte de Chet Baker llegaba trágicamente, cuando cayó por la ventana del hotel en que se alojaba, en la ciudad de Amsterdam.
Ver el video de Chet Baker en vivo en Ronnie Scott